Ayer hablé con la araña. Le pregunté por sus hijas y por su casa. Luego, por el trabajo. Me contestó que la familia bien, que la casa hacía tiempo que no podía dedicarle tiempo y que la comida le escaseaba. Le hablé entonces de la vida en el campo, al aire libre o en una cabaña, donde seguro que la comida iría mucho mejor.
Al final la convencí y esta mañana la he llevado a una casita que hay en las afueras. Nos hemos despedido mientras hacía a sus hijas buscar un lugar adecuado para instalarse.
Ahora sólo queda quitar un poco el polvo y esto ya estará decentillo para seguir.
Bienvenidos.
sábado, 5 de enero de 2008
Limpieza
Estantería:
Cosas que pasan
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1 comentario:
Se te echaba de menos, a ver si es que estabas escondido con las arañas tú también por algún rincón, jmmmmm
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