viernes, 29 de diciembre de 2017

Cuento: Plan de rescate - Una herencia peligrosa

Tardaría en encontrar la llave que necesitaba para abrir la celda. Mientras, los guardias se impacientarían y él tendría tiempo de esconderse. Después, con un gesto de varita, haría que el viejo carcelero la encontrara.
Entonces dejarían caer a su hermana en medio de la celda. Ni siquiera le pondrían grilletes. El campo antimagia de la piedra de los muros de la Catedral Inacabada se encargarían de absorberle la energía. No por nada era la peor cárcel para magos del imperio. Nunca nadie se había infiltrado. Menos aún escapado. Aunque, claro, nunca nadie había intentado escapar a través de la argamasa.

---

Otro cuento enmarcado en el universo de Una herencia peligrosa. ¿Os gusta esta saga?


martes, 26 de diciembre de 2017

Cuento: Por compasión

Su padre también le dejaba conducir la furgoneta durante las incursiones, pero sólo si Juana y su arco iban en la torreta.
—No salgas del vehículo —le había dicho esa mañana—. Si la cosa se pone fea, pégate a ella. Debes volver.
“Volver”, se repitió mientras veía a Juana besar una de sus flechas, tensar el arco y apuntar hacia él.
—¡Hazlo! —le gritó mientras las manos y los dientes que lo sujetaban tiraban en todas direcciones y lo desgarraban.
La flecha se incrustó entre sus ojos y su cuerpo, inmóvil, dejó de ofrecer resistencia.
Juana cargó otra flecha y contó hasta treinta, pero Manuel no resucitó.


viernes, 22 de diciembre de 2017

Cuento: Perseguidas - Una herencia peligrosa

No pudo seguir adelante sin ella. Atrancó la puerta, se arrodilló a su lado y buscó la herida bajo la túnica empapada de sangre. El corte era grande y profundo, de los feos. Necesitaría mucho tiempo para curarlo. Aún así, acercó el talismán a la piel de su aprendiz y recitó. La piedra se iluminó y, milímetro a milímetro, la herida empezó a cerrarse.
Fuera, los gritos y los pasos iban y venían. Demasiado pronto, alguien intentó entrar. Empujó, golpeó y embistió, pero la puerta resistió.
—¡Ariete! —gritó.
Las brujas se miraron, asintieron y, cogidas de las manos, empezaron a cantar el ritual prohibido.

--

Otro cuento más del universo de Una herencia peligrosa. Os aviso. Van a llegar muchos más.


viernes, 1 de diciembre de 2017

Cuento: La palabra clave - Una herencia peligrosa

La palabra clave

El masajista no tardó en reconocer aquel lunar bajo la nuca de su cliente que lo identificaba como un inquisidor. Tras semanas de tratar a cargos inferiores del Ministerio de la Verdad, por fin tenía un pez gordo. Con cuidado de no alertarlo, dibujó unas runas en el aire, le tocó la espalda y lo sumió en trance.
—Dónde está Sara Dolovich —susurró Marius.
—¿La bruja? —contestó el paciente adormilado—. Donde todas. En la Catedral Inacabada.
Al masajista se le erizó la piel. Interrogarían a su hermana en la peor cárcel del imperio. Para rescatarla necesitaría información, tiempo y toneladas de suerte. Pero alguien llamó a la puerta. Tendría que dejar el interrogatorio para otro momento.
—Cuando escuches “cachivache”, me obedecerás —susurró al inquisidor y, con un gesto, le despertó.

---

Este cuento forma parte del universo del cuento de Una herencia peligrosa y es una especie de experimento: ¿se puede contar una historia grande a base de micro relatos? Mi respuesta es que, quizá, pero es muy, muy complicado.

Todos los cuentos que entren en este universo colgarán de la categoría Una herencia peligrosa. Original que es uno.