viernes, 27 de mayo de 2016

Cuento: Qué hacer con 22 palabras

Con este cuento he descubierto dos cosas. Por un lado, cómo escribir correctamente la raya de diálogo. Es este artículo de la RAE lo esplican muy bien. Si queréis el resumen rápido sin entrar en demasiados detalles, el carácter correcto no es el guión (-) sino la raya (—) que sale al escribir Alt+0151 con el teclado numérico y, oh sorpresa, no se debe dejar espacio entre la raya y lo que quieras acotar. Además, esta raya sirve tanto para diálogos como para aclaraciones.

Por otro lado, ha supuesto un reto doble: en primer lugar, hace tiempo mi amigo Espanorsk pidió un cuento sobre un tema muy concreto que destriparé después. En segundo lugar, una de las dificultades era cómo crear el clímax del relato en sólo 22 palabras.

Las explicaciones os las daré después del cuento que tenía que empezar con la frase En esa casa no vive Mizuki Tanaka:


Clase magistral

En esa casa no vive Mizuki Tanaka, señor Bond —dice Matthew encañonando a su prisionero con una pistola—. Esa persona ni siquiera existe. ¿Sorprendido? No se preocupe. Tengo algo que disipará todas esas dudas que le inundan la cabeza.
El punto final al monólogo es una bala entre los ojos del agente, que se desploma mientras sus últimos pensamientos se estampan contra la pared.
—Así no, Matthew —protesta el profesor parando la representación—. Este es el momento de tu victoria. Saboréalo. Regodéate contándole tus planes. Restriégale tu poder. Observa cómo sufre y, sobre todo, dale esperanzas. Que piense que puede derrotarte. Si no, ¿qué gracia tendría vencer?


El tema que pidió Espanorsk fue "lo malos". Así como suena. Que diese otro punto de vista sobre los típicos villanos. Seguramente me dirá que esto no acaba de valerle, todo con la excusa de que le dedique otro cuento. Bueno. Si debe hacerse, se hará :-) .

El otro reto, el de las 22 palabras, ¿dónde está? Pues en el momento en que debo matar al protagonista. Quería que quedase claro que estaba muerto pero sin hacerlo demasiado escabroso y, por supuesto, surgieron múltiples opciones. El principal problema es que me gustaban muchas pero sólo podía elegir una. Al final la frase que elegí fue esta:

1. El punto final al monólogo es una bala entre los ojos del agente, que se desploma mientras sus últimos pensamientos se estampan contra la pared.

Elegí esta porque creo que queda muy visual y no está demasiado recargada. Pero claro, hubo otras muchas opciones que no os voy ocultar. De hecho, os dejo elegir. ¿Con cuál os quedaríais vosotros?

2. El agente tiene una respuesta estupenda pero no llega a pronunciarla. Una bala entre los ojos le rompe el hilo de pensamiento.

3. El monólogo termina con un balazo entre los ojos del agente que estampa sus pensamientos contra la pared.

4. No hay turno de réplica para el agente. Un disparo entre los ojos le arranca la idea de la cabeza.

5. El monólogo termina con un disparo entre los ojos del agente, que pierde todo interés en contestar.

6. El punto final al monólogo es una bala entre los ojos del agente, que cae al suelo sin nada que objetar.

7. La respuesta del agente es recibir en silencio una bala entre los ojos mientras sus pensamientos se estampan contra la pared.

8. La respuesta del agente es recibir por sorpresa una bala entre los ojos que plasma sus pensamientos sobre la pared.

9. No hay turno de réplica para el agente. Una bala entre los ojos es cuanto tiene para plasmar sus pensamientos sobre la pared.


Y esta es la última, que tuve que descartar por tener demasiada rima interna:

10. No hay turno de réplica para el agente. Un disparo en la frente le quita la idea de la mente.


Pues aquí dejo la pregunta: ¿con cuál os quedaríais vosotros? ¿Elegí bien?

viernes, 20 de mayo de 2016

Cuento: El plan inefable

El agua espantaba a las avispas escondidas bajo las hojas y las enfurecía. Después, con un poco de humo y unos aromas muy sutiles que no nombraré ahora, dirigirlas hacia la ciudad fue pan comido.
Pero la clave fue la propaganda. No hacía falta enviar muchas avispas, sólo asustar a la gente de los pueblos y dejar que difundiesen . Los rumores sobre dolor y muerte alimentaron su miedo y multiplicó las historias, que cada vez eran más salvajes. Cuando en la capital vieron llegar los enjambres, ellos solos declararon oficialmente la cuarta plaga para presionar al faraón.
Ingeniar y preparar la quinta fue aún más divertido.


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Porque lo importante cuando sigues un plan, no es sólo lo que hagas, sino cómo lo hagas y cómo digas que lo has hecho.

Tengo un Plan

EDITADO: Tal y como cuenta Micaela en los comentarios, hay varias explicaciones científicas a las plagas. Una de ellas es que todo empezó con un volcán. Aquí el resumen del documental El secreto de las diez plagas.

viernes, 13 de mayo de 2016

Cuento: El límite de la paciencia

- Es como sale mejor, pero claro, es mi opinión.
- Sí, papá.
- Es demasiado pronto para poner el arroz. Hay demasiada agua. Se te va a pasar.
- Vale, mamá.
- ¿Le has puesto el colorante?
- Sí, Vicente, hace un rato.
- No veo el chorizo ni el pimiento. ¿Qué clase de paella es esta? - pregunta alguien en tercera fila. Se hace el silencio mientras diez pares de ojos escanean al autor de semejante blasfemia, que no sabe dónde meterse aunque no entiende la magnitud de su pecado.
- Eso que describes se llama arroz con cosas - le espeta el cocinero amenazándole con la paleta -. Aquí cocinamos paella valenciana.

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Porque hay pecados imperdonables y...



viernes, 6 de mayo de 2016

Cuento: Señales divinas

Deja unos puntos suspensivos en el cielo y observa. Dos personas lo consideran una señal del destino para realizar una tarea que no tiene nada que ver con sus designios. Cuarenta dejan sus quehaceres momentáneamente y admiran su obra embelesados durante treinta segundos. Después lo olvidan todo. El resto del pueblo ni siquiera los ve. Están concentrados en su propia vida.
Entre ellos está el elegido, que ya ha ignorado dos zarzas ardiendo y varias de palomas. Sólo le queda la acción directa. Se aclara la voz y coge el micrófono:
– Noé, ¿me oyes? Deja esa barquita y atiende. Tengo algo grande para ti.