viernes, 28 de abril de 2017

Cuento: Medusa

Cerró los ojos y sopló las velas del candelabro, sumiendo la habitación en tinieblas.
—No sé por qué no quieres que te vea la cara —dijo él abrazándola—. En internet era lo único que no enseñabas.
—Será que en directo me da vergüenza —contestó ella acariciándole la cara.
—Tranquila, me he puesto la venda, como pediste.
—Gracias.
—¿Me dejarás verte alguna vez?
—Quizá —dijo ella mientras repasaba mentalmente su colección de estatuas—, pero sólo cuando quiera que te quedes conmigo para siempre.