viernes, 27 de enero de 2017

Cuento: La promesa

Espero que puedas perdonarme, pero esta será la última vez que venga a verte. María no se creyó tu carta. Con lo que costó que la escribieras. ¿Qué fueron? ¿Seis dedos rotos? Ah, sí, y una promesa. No te preocupes. La voy a cumplir. No le haré daño. Es una mujer magnífica. Creo que me gusta. ¿Crees que conseguiré que me ame? Ella aún no ha cancelado vuestra boda. Quizá debería aprovechar que está todo listo y ser yo el novio en tu lugar. Un poco de compromiso no me vendría mal. Hasta que la muerte nos separe, claro.

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Un cuento sobre lo que duran las promesas cuando según qué cosas se mezclan en la ecuación. Y vosotros, ¿qué creéis que hará este sujeto si consigue que María se case con él? ¿Y si no lo consigue?

viernes, 20 de enero de 2017

Cuento: Una tentación infernal

Espero que puedas perdonarme, Padre. Cuando abrí mi propio negocio en el sótano hace casi una eternidad tenía un sueño: demostrarte que había otra forma de encauzar a tus creaciones y de conseguir sus almas. Sabes que nunca te odié, ni a ti ni al resto de mis hermanos. Nunca os consideré enemigos. Como mucho, rivales en este juego en el que, tengo que admitirlo, eres el vencedor.
Tu victoria ha sido impecable. Espléndida. Divina. Quienes consideran tu Apocalipsis como romper el tablero, no saben de qué iba este juego ni entienden la belleza y la necesidad de la destrucción.
Bueno. Voy a reiniciar el mundo. Ahora me toca a mí jugar con blancas.

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Podría llamar estos últimos tres cuentos La trilogía de los caídos, con un planteamiento (Emprendedor incomprendido ), un nudo (Cambio de aires) y un desenlace (este) que, quién sabe, quizá pueda llevar a un nuevo principio con un cambio interesante de jugadores. ¿Qué os parece? ¿Habría mucha diferencia haciendo el diablo de bueno?



viernes, 13 de enero de 2017

Cuento: Cambio de aires

Sigo observando mi trocito de cielo buscando esa belleza de la que habla el Señor, pero no la encuentro. Sólo veo nubes blancas en medio de un océano infinito de nubes blancas. Ni siquiera hay alguna gris que cambie un poco el paisaje. Es perfectamente uniforme. Perfectamente monótono. Perfectamente aburrido.
Observo esta perfección mientras escucho una lira y comprendo a Lucifer. Dicen que se ha montado una sucursal bajo tierra con todo tipo de atracciones turísticas y que ha montado nueve áreas temáticas diferentes. Nueve. Tiene que ser un espectáculo.
No sé, quizá me deje caer. No puede ser tan malo como cuentan.

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Como sabéis, me gusta juguetear con historias ya conocidas y cambiar el punto de vista. En este caso quizá no sea tan inocente y angelical como pueda parecer a priori.

Y vosotros, ¿qué haríais? ¿Os quedaríais arriba o iríais a la sucursal a ver qué se cuece? ¿Qué creéis que hará nuestro protagonista?

EDIT: Si queréis más información, este otro cuento habla del emprendedor que creó la sucursal.


viernes, 6 de enero de 2017

Cuento: Emprendedor incomprendido

Sigo observando mi trocito de cielo ocasionalmente, aunque cada vez menos. El trabajo me absorbe. Cuando decidí abrir mi propio negocio en este sótano sabía que sería difícil. ¡Quería romper Su monopolio! No esperaba que el Señor me demonizara y me desterrara. Fue despiadado.
Después de tantos años miro a mi alrededor y creo que ha valido la pena. Arriba sólo tienen un océano infinito de nubes blancas, perfectamente uniformes y monótonas. Te prometen la inmortalidad, pero no te cuentan que te aburrirás eternamente. Aquí abajo, sin embargo, somos sinceros. Prometemos castigos creativos y personalizados a cada pecado.
¿Quieres detalles? Ten, Dante hizo un gran resumen.