Sigo observando mi trocito de cielo ocasionalmente, aunque cada vez menos. El trabajo me absorbe. Cuando decidí abrir mi propio negocio en este sótano sabía que sería difícil. ¡Quería romper Su monopolio! No esperaba que el Señor me demonizara y me desterrara. Fue despiadado.
Después de tantos años miro a mi alrededor y creo que ha valido la pena. Arriba sólo tienen un océano infinito de nubes blancas, perfectamente uniformes y monótonas. Te prometen la inmortalidad, pero no te cuentan que te aburrirás eternamente. Aquí abajo, sin embargo, somos sinceros. Prometemos castigos creativos y personalizados a cada pecado.
¿Quieres detalles? Ten, Dante hizo un gran resumen.
viernes, 6 de enero de 2017
Cuento: Emprendedor incomprendido
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