viernes, 27 de octubre de 2017

Cuento: Efecto rebote

—Vuelve a pedirme que le empuje —dijo el genio señalando hacia el castillo—. Vuelve a hacerlo, por favor. Te prometo que esta vez el brujo caerá y que no habrá ningún efecto secundario para ti. Es más, ni siquiera te lo contaré como un Deseo. Seguirás teniendo dos más. Si has cambiado de opinión, al menos haz un gesto y te transformaré. ¿No? ¿Moscas ilimitadas, quizá? Una mueca es suficiente. ¿Ni siquiera un parpadeo? Por favor, reacciona. No te quedes ahí pasmado. Permíteme concederte tus deseos. ¡Déjame volver a mi lámpara!
—Croak —contestó el recién transformado sapo y, de un saltó, se perdió en la charca.


viernes, 20 de octubre de 2017

Cuento: El poder de la música

La ciudad del amor se relame impaciente observando la fila de parejas de enamorados que se acerca a sus altares. Deben rendir tributo por el don que les han concedido. Avanzan al ritmo de la música alegre y empalagosa que retumba en los edificios, bailando. Pero sus movimientos son extraños, entrecortados. La luna llena proyecta sobre sus cabezas las sombras de los cupidos que los sobrevuelan y los vigilan con sus ojillos viscosos, sus plumas cosquilleras y sus grapadoras aguanta-sonrisas. Vigilan que los Romeos y las Julietas de Tinder no rompan el hechizo eterno y les prohiben cantar al desamor bajo pena de dispararles sus flechas ensangrentadas. Y, por si alguien está tentado, cuelgan en las fachadas carteles prohibiendo invocar Adeles, Alboranes o, mucho menos, al innombrable Alex Ubago.


martes, 17 de octubre de 2017

Cuento: Proporcionalidad

La casa ha empezado a llenarse de hormigas a un ritmo sólo comparable a la velocidad con la que se acumulan cadáveres en el sótano.

viernes, 13 de octubre de 2017

Cuento: Planes

La casa ha empezado a llenarse de hormigas. Entran en columna de a cuatro por las grietas de las paredes cargadas con los víveres del año, pero no salen. Vienen de todos los hormigueros de la zona para preparar un almacén común para el invierno. Mientras, las cigarras se agolpan en los árboles cercanos y estridulan planes para asaltarlas y hacerse con semejante botín. Ninguna de ellas se fija en que dos manzanas más allá un torrente de hormigas se aleja con provisiones, ni de los cartuchos de dinamita que, uno a uno, se van acumulando en el salón de la casa.

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Os pido disculpas por este parón de cuentos. Han ocurrido un montón de cosas. Algunas os las puedo contar. Otras, no tanto. La mayoría buenas. BUENÍSIMAS.

Ahora a intentar mantener el ritmo y seguir contando historias. Espero que las disfrutéis :)