—Vuelve a pedirme que le empuje —dijo el genio señalando hacia el castillo—. Vuelve a hacerlo, por favor. Te prometo que esta vez el brujo caerá y que no habrá ningún efecto secundario para ti. Es más, ni siquiera te lo contaré como un Deseo. Seguirás teniendo dos más. Si has cambiado de opinión, al menos haz un gesto y te transformaré. ¿No? ¿Moscas ilimitadas, quizá? Una mueca es suficiente. ¿Ni siquiera un parpadeo? Por favor, reacciona. No te quedes ahí pasmado. Permíteme concederte tus deseos. ¡Déjame volver a mi lámpara!
—Croak —contestó el recién transformado sapo y, de un saltó, se perdió en la charca.
viernes, 27 de octubre de 2017
Cuento: Efecto rebote
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