Mostrando entradas con la etiqueta Cuentos de unas 100 palabras. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cuentos de unas 100 palabras. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de febrero de 2021

Cuento: La eterna espectadora

Su marido era insufrible, aunque el mundo no lo sabía. Ellos veían al artista, al genio, no al hombre que improvisaba salomas de todo lo que hacía. DE TODO. No sólo en la ducha o la cocina. Cantaba las noticias del periódico, los mensajes del móvil y, ejem, lo del baño. No callaba ni durmiendo. Incluso roncaba armonioso y los coches y los gatos le hacían los coros. Y ella, hipnotizada y hastiada, dormía como podía. Pero una noche otro sonido la despertó. De pie, en medio de la habitación, siguiendo el ritmo con la guadaña, la Muerte observaba pacientemente. Y ella sonrió aliviada.

----

Hacía más de un año que no publicaba uno de los cuentos que envío al concurso de Relatos en Cadena. Este se me olvidó enviarlo. 2020 ha sido lo que ha sido y 2021 lleva un lindero raro. No tengo mucho que añadir.

Me gustaría volver a escribir cuentos y dejarlos aquí. Quizá lo haga. De momento, aquí está la primera piedra, porque por algo hay que empezar. Espero que os guste.

Sed felices.



sábado, 31 de agosto de 2019

Cuento: Bicicleta, cuchara, cosa, juntos

Ya tengo los pies fríos, pero no me importa. La noche es fría y el cielo está repleto de estrellas. Me giro, le cojo la mano, la miro. A ella tampoco le importa. Repasamos las caritas de nuestras hijas y nietas. Están todas. Revivimos momentos especiales que creamos en familia y anécdotas que ya sólo están en nuestras memorias agujereadas. Cómo las vidas de nuestros padres y abuelas desembocaron en las nuestras, en las suyas. A veces tengo una laguna y ella me ayuda. Otras, yo la ayudo a ella. Siempre juntos. Llegado el momento, empezamos la despedida, el último consejo individual. Lloramos, reímos, nos abrazamos, nos besamos. Miramos al médico, asentimos y él activa el sistema. “Gracias”, decimos una última vez y, cogidos de las manos, nos dormimos.

viernes, 27 de abril de 2018

Cuenta: Deuda apocalíptica

Ya se las apañarían para pagar las facturas de todo lo que se habían autoprestado en tiendas solitarias y almacenes abandonados, incluidas las libretas donde mantenían la contabilidad, cuando el planeta saliese de la oscuridad.

viernes, 20 de abril de 2018

Cuento: Por un hijo

Ya se las apañarían para pagar las facturas del personal sanitario de dudosa reputación, los medicamentos del mercado negro y al intermediario que lo había movido todo. Esa era la parte fácil. Sería mucho más alto el precio de guardar el secreto para que su pequeño nunca supiera de dónde había salido su nuevo cuerpo.

viernes, 13 de abril de 2018

Cuento: Su seguro no lo cubre

Ya se las apañarían para pagar las facturas del hospital que reposaban sobre la mesita. De momento lo único importante era que habían llegado a tiempo, que ella había sobrevivido a las complicaciones y que el bebé, sano y feliz, ya dormía en sus brazos.

viernes, 6 de abril de 2018

Cuento: De visita

Ya se las apañarían para pagar las facturas cuando se las reclamaran. Lo importante era conseguir las provisiones y construir el cohete. Con un poco de suerte, cuando alguien se diese cuenta, ya estarían camino de casa.

domingo, 1 de abril de 2018

Cuento: Una decisión horrible y sencilla

Ya se las apañarían para pagar las facturas del viaje. Bastaba dinero. Le preocupaba la otra deuda que contraería con ellos: un favor. Un favor que, tarde o temprano, se cobrarían. Un día, quizá cuando los niños estuviesen en el colegio, se presentarían en su casa con una foto y una bala y tendría que encargarse. No podría negarse. El momento de los escrúpulos y de decir que no quería su ayuda era este, con su hijo en brazos, su marido malherido y las bombas lloviendo sobre la ciudad.

viernes, 16 de marzo de 2018

Cuento: A grandes cenas, historias desesperadas

Con los pies a remojo mientras pescaban y colocados convenientemente de espaldas al amanecer por su cena, los dos trolls, ya convertidos en piedra, se habían quedado sin saber el final de la historia.

domingo, 11 de marzo de 2018

Cuento: La larga vuelta a casa

Imagen: "A Chernobyl Horror History 2" de Stefan Koidl

Salí del coche para asegurarme que aquello era real. Los cuerpos estaban ahí, flotando, inertes, con sus caras oscurecidas por la niebla. Me metí en el coche y conduje a toda velocidad hacia el pueblo mientras, de vez en cuando, miraba hacia arriba y buscaba entre las figuras ropa conocida.

---

Este cuento forma parte del reto literario de fin de semana de Valencia Escribe. ¿Qué te inspira la imagen?


viernes, 9 de marzo de 2018

Cuento: La paciencia de la tía Ágata

Se quedaban discutiendo dónde pondrían el sofá hasta las tantas mientras ella aún estaba sentada en él y no la dejaban irse a dormir. Hablaban de vender la casa mientras ella aún la habitaba y de repartirse la herencia, como si no estuviese delante, como si ya no estuviese viva. Para colmo, asaltaban su despensa cada tarde y arrasaban con todo.
Sólo era cuestión de tiempo que encontraran sus galletas especiadas.
—¿Cuál es el secreto de su receta, tía? —le preguntaron mientras se las comían a puñados.
—Amor, canela y un toque de arsénico —contestó sonriente y le dio otro sorbo al té.

lunes, 5 de marzo de 2018

Cuento: Tiempo de cambios

Con los pies a remojo mientras pescaban en el río del laberinto, recordaban los buenos tiempos cuando luchaban con príncipes y ladrones ávidos de gloria para proteger sus tesoros; cuando podían comerse cualquier bicho de los pueblos de alrededor sin explicaciones; cuando las princesas les pedían que se deshiciesen de los indeseables que sólo las querían para heredar su reino y ellas les recompensaban con historias y compañía. Pero esos tiempos habían pasado. Ya no podían matar ni cazar pero tenían tranquilidad, internet y cheques de restaurante y, a cambio, sólo tenían que girarse de vez en cuando y saludar a los turistas.

viernes, 2 de marzo de 2018

Cuento: Fuera del tiempo

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada se llenan de polvo y suciedad. Sin cuidadores, los jardines se desatan y asaltan los muros con paciencia arbórea. Las alimañas nacen y mueren entre las ramas y, generación tras generación, evolucionan. Su cerebro crece, se hace más denso, más complejo, capaz de aprender y de inventar. La necesidad por entender y explicar el mundo que les rodea llega sola y, con ella, las palabras y las historias. Historias sobre su origen y su destino. Historias como la de la rueca del sótano y la humana que duerme a su lado, incorruptible y eterna, desde el principio de los tiempos.

viernes, 16 de febrero de 2018

Cuento: Están en el desván

Ya recogerían la mesa mañana, se dijeron. ¿Quién iba a tocarla? Lo goblins se habían rendido. El nigromante había desaparecido. Incluso el dragón negro, el que tantos problemas les había dado, había huído a su guarida en la montaña. Además, recordaban perfectamente en qué punto del mapa estaban y cuántos puntos de vida les quedaban. Estaban tan convencidos de que la partida era suya que ni siquiera guardaron los dados cuando el medium los invocó.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Cuento: Arqueología extrema

Ya recogerían la mesa mañana, se repetían agazapados bajo las sábanas. Lo devolverían todo a la cripta, se prometían. Al amanecer, aseguraban, en cuanto las sombras volviesen a sus rincones y dejasen de susurrar.

domingo, 11 de febrero de 2018

Cuento: La misión infinita

Ya recogerían la mesa mañana, cuando los zombies hubiesen vuelto a sus tumbas, cuando los trolls se hubiesen convertido en piedra, cuando los vampiros ardieran bajo la luz del día. Aunque el despertador los devolvía a sus tranquilas vidas diurnas de platos sucios, ropa por planchar y pañales por cambiar, una parte de su mente siempre estaba en la noche. Siempre atenta. Siempre diseñando estrategias. Siempre lista para luchar y enfrentarse a monstruos horripilantes y para salvar ciudades fantásticas de terribles amenazas armados sólo con libros, dados y toda imaginación que pudiesen conseguir.

sábado, 10 de febrero de 2018

Cuento: Londres, 1941

Ya recogerían la mesa mañana, se convencía su madre mientras, abrazados, corrían hacia el refugio con la sirena antiaérea retumbando en las calles vacías.

viernes, 9 de febrero de 2018

Cuento: Todo o nada

Pestañeó dos veces para decir que sí. Después otra más para decir que no. Tras eso el ángel se rascó la nariz, la oreja y el cuello y tiró un as. No tenía sentido. Todos los gestos estaban mal. El demonio sacó un triunfo, recogió la mano y me miró con lascivia. Miré su montón de fichas y después el nuestro, cada vez más pequeñito. Tragué saliva. Si en el siguiente juego también hacía falta mentir, lo íbamos a pasar muy mal.

viernes, 2 de febrero de 2018

Cuento: En la línea de tiro

Pestañeó dos veces para decir que sí, que estaba preparada, que tenía cogido al presidente y que, con tal de matarlo, no le importaba recibir ese balazo también.

viernes, 26 de enero de 2018

cuento: Lo que el Esperador no espera - Una herencia peligrosa

Bucear en el lago que había al lado de la casa y descubrir que la nave ya no estaba en el fondo fue la primera sorpresa desagradable del día. La nota de despedida clavada en la puerta fue la segunda. Subió al desván, sacó de debajo de una tabla la varita azul, la del abuelo, y recitó el conjuro que había prometido no volver a usar. El mundo se tornó gris, excepto por una luz verde que se dirigía al norte. Releyó la nota y maldijo su impaciencia. Pretendía entregarse al Esperador. Mientras descolgaba el teléfono un plan empezó a formarse en su cabeza. La tercera sorpresa se la llevaría él.

lunes, 22 de enero de 2018

Cuento: El nuevo plan

Bucear en el lago que había al lado de la casa por la noche en completo silencio para reflotar el barco que ella misma había hundido al poco de llegar, porque nadie debía saber que estaban allí. Al amanecer, hacer inventario de provisiones, repasar rutas de escape, buscar posibles destinos y seguir con el desarrollo del sistema de camuflaje. Después, esconderse en lo más profundo del búnker del sótano y, muy quieta, abrazarse a sus hijos y rezar para que los monstruos no encontraran la entrada a su refugio tampoco ese día.