viernes, 25 de noviembre de 2016

Cuento: Mensajes de cristal

Al otro lado de la ventana el reflejo translúcido de Paco le devuelve la mirada con la misma cara de aburrimiento que tiene su dueño mientras observa el paisaje. El sueño se abre camino hasta sus ojos y se los cierra justo cuando su imagen cambia: le crece el pelo, le desaparece la barba y se esfuman sus gafas metálicas.
Cuando acaba la metamorfosis virtual Paco ya duerme profundamente. No ve que una versión envejecida de Marta le grita silenciosamente que despierte y baje del tren. No ve sus lágrimas, sus ruegos, sus “te quiero”.
Aún duerme cuando la explosión lo hace desaparecer.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Cuento: En órbita

Al otro lado de la ventana el mundo sigue girando. Ya no es azul, verde y marrón, sino blanco. Una densa nube radiactiva cubre toda la superficie, con lo que no podemos usar los telescopios. Tampoco llegan ondas de radio o televisión. Sólo ruido blanco. El planeta se ha quedado a oscuras y en silencio y no tenemos forma de saber si queda algo que rescatar.
Los protocolos dicen que si tras un año estándar no tenemos evidencias de vida humana debemos desintegrarlo y partir hacia el siguiente sistema habitable.
Seguir huyendo. Como si eso, en algún momento, hubiese servido para detener a los malditos bichos.


viernes, 11 de noviembre de 2016

Cuento: Errores no forzados

Cuando se prendieron las cortinas de la cocina, el pequeño escondrijo de Jimmy “Metepatas” Smith ya era un pequeño infierno. No sé si llegó a despertarse antes de que el gas explotara. Tampoco me importa. Lo interesante es que la bola de fuego salió en las noticias y ahora todos nuestros chicos tienen claro el mensaje:
Si “por equivocación” llamas a la policía en mitad de un asunto y todo se va al traste, da igual lo que hagas o dónde huyas. Te encontraremos. Siempre tenemos una cálida despedida para un soplón. Nunca olvidamos a un traidor.


jueves, 10 de noviembre de 2016

Cuento: Consecuencias

Espero que puedas perdonarme. Voté a Trump. Nunca pensé que saldría elegido.

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Este cuento no he llegado a enviarlo al concurso de Relatos en Cadena porque lo he pensado después. Pero me apetece compartirlo con vosotros.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Cuento: ¡No juegues con el fuego!

Cuando se prendieron las cortinas de la cocina supe sin lugar a dudas que las dulces y premonitorias palabras de mi madre que me indicaban con amor que quizá no era una buena idea fabricar y probar un lanzallamas dentro de casa se iban a transformar en algo menos dulce, menos premonitorio, menos amoroso y, muy probablemente, mucho más sólido. Puede que incluso tuviese forma de zapatilla voladora.
Aunque quizá, si consiguiese apagarlas y reemplazarlas por unas iguales…
Sé que siempre hay dinero en el tercer cajón del estudio. Necesitaré para el autobús, para las cortinas y para unas chuches. Debo tener un premio por ser buen hijo.