Al otro lado de la ventana el reflejo translúcido de Paco le devuelve la mirada con la misma cara de aburrimiento que tiene su dueño mientras observa el paisaje. El sueño se abre camino hasta sus ojos y se los cierra justo cuando su imagen cambia: le crece el pelo, le desaparece la barba y se esfuman sus gafas metálicas.
Cuando acaba la metamorfosis virtual Paco ya duerme profundamente. No ve que una versión envejecida de Marta le grita silenciosamente que despierte y baje del tren. No ve sus lágrimas, sus ruegos, sus “te quiero”.
Aún duerme cuando la explosión lo hace desaparecer.
viernes, 25 de noviembre de 2016
Cuento: Mensajes de cristal
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4 comentarios:
¡Carambas! Magnífico final, no lo esperaba.
Gracias!
Todo se lo ha llevado por delante , buena apuestas a por más
Gracias! Sí, habrá que seguir :)
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