viernes, 31 de marzo de 2017

Cuento: Infiltrado

Cerró los ojos y sopló las velas del candelabro, pero no sintió el vértigo de la translación. Algo había ido mal. Abrió los ojos. Seguía en la habitación. ¿Quizá había seguido mal las instrucciones? Iba a reintentarlo cuando escuchó unos pasos acercarse por el pasillo y, de un salto, se metió en el armario y se quedó muy quieto. Un instante después, la puerta se abrió con un chirrido y aparecieron dos figuras recortadas contra la luz del pasillo. La más grande llevaba un atizador en la mano.
—Mamá —dijo la más pequeña—, estoy segura. Lo he visto. El monstruo está aquí.


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Porque a veces los monstruos no son los evidentes.

viernes, 24 de marzo de 2017

Cuento: Entrevista de asilo

El malvado Luthor había puesto kryptonita en la bodega para debilitar a Supergirl y capturarla. Después la ató, la amordazó y la dejó a oscuras durante todo el viaje. Sólo a veces venía con comida, agua y ganas de...
La voz de la chica apenas es un hilo y no entiendo sus palabras. No hace falta. Decido saltar a la siguiente pregunta.
—¿Y qué hizo Supergirl con Luthor? ¿Cómo escapó del barco?
Ella me mira a los ojos y, durante un instante, creo que va a sonreír. Pero no. No es alegría. Sólo es el alivio de quien, por fin, podrá confesar sus pecados.


sábado, 18 de marzo de 2017

Cuento: Flexibilidad laboral

Cerró los ojos y sopló las velas del candelabro de la primera de la fila cuando el reloj dio la primera campanada. Esperó la reacción, pero no hubo gritos ni aspavientos. Ni siquiera una risa histérica. Sólo un breve murmullo rompía el silencio. Temiéndose lo peor, abrió los ojos. Efectivamente, sus víctimas estaban allí, preparados para hacerse un selfi con él. Resignado, cogió la cadena y la bola, hizo flotar la sábana y posó.


viernes, 17 de marzo de 2017

Cuento: Por favor

Cerró los ojos y sopló las velas, pero las bombas no dejaron de caer.


Cuento: Somos un equipo

El malvado Luthor había puesto kryptonita en la bodega, había encerrado allí a Superboy y, en la última viñeta, se relamía con la muerte segura del héroe. Pero Jorge tenía otros planes. Recortó un gotero de una revista, rayó “antídoto” con letras grandes y se lo clavó al protagonista con una chincheta. Después, con un rotulador rojo, le pintó una pulsera y le gritó todas las frases de ánimo que había escuchado en aquella habitación. Si algo había aprendido en aquel lugar es que nunca se abandona a un amigo.

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Un cuento que empieza con una de las frases más difíciles que he visto en el concurso de Relatos en Cadena.

lunes, 13 de marzo de 2017

Cuento: Broma sin final

"El malvado Luthor había puesto kryptonita en la bodega" parecía una frase lo suficientemente rocambolesca y complicada como para que los super microrrelatistas redujesen el número de cuentos enviados. Parecía un buen plan. Sin embargo, ya debería saber el director del concurso que nada, absolutamente nada, les impediría una semana más superar el récord de participación.

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Una broma fruto del bloqueo por no poder sacar algo interesante de la frase aunque, al final, con un poco de perseverancia, saqué un par de cuentos más :)

viernes, 10 de marzo de 2017

Cuento: Visita nocturna

Cerró los ojos y sopló las velas en cuanto escuchó los pasos. Después, sin hacer ruido, se enterró en las sábanas, abrazó el libro y se quedó muy quieto. Un instante después, una puerta se abrió con un chirrido suave y entrecortado. No era la del armario, pero deseó que lo hubiese sido. Aquel monstruo ya lo daba miedo. El del pasillo, en cambio, siempre le hacía llorar.

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El martes, pasada la resaca de la final mensual del ReC, me puse con la frase Cerró los ojos y sopló las velas. Casi sin querer, acabé escribiendo 8 relatos. Éste es uno de ellos.

viernes, 3 de marzo de 2017

Cuento: Espectáculo ardiente

El armario donde acababa de encerrar a su muñeca rosa nueva con la gasolina. El cajón cerrado con llave donde escondieron las cerillas que no le quisieron regalar. Su familia. Todo ardía mientras ella se deleitaba desde la acera. De vez en cuando veía un fogonazo salir de la ventana de su habitación. El carbón que le habían regalado. Según sus padres, un trocito por cada travesura. Según ella, una injusticia y una traición por haberla delatado a los reyes magos. El colmo fue la muñeca pija. Querían apaciguarla. Por eso, en lugar de tirar los petardos sobrantes de las últimas fiestas, los escondieron en el armario. Cogió palomitas.



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Otro cuento de los que escribí empezando con "El armario...". De nuevo, buen rollo y alegría para todos. En cuanto a la imagen, ya famosa en internet, la recordé después al releer el cuento. Creo que empasta bastante bien. ¿Qué os parece?