Con los pies a remojo mientras pescaban y colocados convenientemente de espaldas al amanecer por su cena, los dos trolls, ya convertidos en piedra, se habían quedado sin saber el final de la historia.
Tendremos que imaginar el final, pues
Publicar un comentario
1 comentario:
Tendremos que imaginar el final, pues
Publicar un comentario