viernes, 20 de enero de 2017

Cuento: Una tentación infernal

Espero que puedas perdonarme, Padre. Cuando abrí mi propio negocio en el sótano hace casi una eternidad tenía un sueño: demostrarte que había otra forma de encauzar a tus creaciones y de conseguir sus almas. Sabes que nunca te odié, ni a ti ni al resto de mis hermanos. Nunca os consideré enemigos. Como mucho, rivales en este juego en el que, tengo que admitirlo, eres el vencedor.
Tu victoria ha sido impecable. Espléndida. Divina. Quienes consideran tu Apocalipsis como romper el tablero, no saben de qué iba este juego ni entienden la belleza y la necesidad de la destrucción.
Bueno. Voy a reiniciar el mundo. Ahora me toca a mí jugar con blancas.

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Podría llamar estos últimos tres cuentos La trilogía de los caídos, con un planteamiento (Emprendedor incomprendido ), un nudo (Cambio de aires) y un desenlace (este) que, quién sabe, quizá pueda llevar a un nuevo principio con un cambio interesante de jugadores. ¿Qué os parece? ¿Habría mucha diferencia haciendo el diablo de bueno?



1 comentario:

Micaela ela dijo...

¡Carambas! Y va, y se lució "el angelito".