jueves, 20 de noviembre de 2014

Perspectivas

El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. Ana lo había conseguido. Sonrió y lo dejó en su cuna con cuidado de no despertarlo. Era lo único que le importaba. 
Su madre la observaba desde la puerta, tratando de memorizar cada instante. Una lágrima caía por su mejilla mientras se tapaba la boca tratando de contener el llanto. 

Desde la habitación de al lado, su marido les echaba miradas fugaces mientras hacía una maleta a toda prisa. La llamada del hospital lo había cambiado todo.

1 comentario:

Micaela ela dijo...

¿Final feliz?
Todo un reto.