miércoles, 26 de noviembre de 2014

El código imposible

En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica. Hasta que llegó él. Todos los expertos que habían intentado simular informáticamente aquel sentimiento habían fracasado y él sabía por qué: estaban influidos por sus emociones. Pero él no tenía.
Rastreó la base de datos mundial recopilando todo lo que la humanidad había hecho por amor, lo analizó objetivamente y, finalmente, transformó aquella montaña de información en fórmulas matemáticas. Con mucho esfuerzo, las redujo a una ecuación de una belleza sencilla y salvaje, casi mágica. Mimándola, intentó programarla para insertarla en su cerebro artificial, pero entendió que ya no le hacía falta. Estaba enamorado de su creación. Había empezado a sentir.

2 comentarios:

setreuf dijo...

Con todo lo que se ha escrito sobre el amor y, es cierto, el sentimiento es tan fuerte que no se puede describir con palabras, pero la formula la tenemos todos los que nos sentimos enamorados y, egoistamente, no queremos compartirla con nadie.

Oyros dijo...

¿Se puede simular un sentimiento con una fórmula matemática o un código de programación? ¿Si es una simulación, si es aparentemente real pero sólo porque se supone que es así como debe ser y no porque el que lo aparenta lo siente de verdad sigue siendo un sentimiento real? La respuesta es lo que los psicólogos llaman los P-Zombies (http://lapiedradesisifo.com/2013/11/05/en-qu%C3%A9-consiste-y-para-qu%C3%A9-sirve-un-zombi-filos%C3%B3fico/)