viernes, 21 de noviembre de 2014

Mientras dormías

El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. Claudia cayó inconsciente poco después. En un rincón una sombra soltó aire muy despacio y esperó unos minutos para asegurarse de que la niña no fingía. Había estado a punto de pillarlo. Salió de su escondite con sigilo y, esquivando la mecedora donde descansaban, se acercó al árbol de plástico. Con cuidado colocó los regalos en su sitio, cogió a la niña y a su juguete en brazos y los devolvió a la cama. Con mimo los arropó y les dio un beso de buenas noches, como hacía cada Navidad.

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