Las palabras que ha aprendido por la noche le servirán al otro lado de la frontera. Eso le dicen los mayores. Ella, aunque duda, las repite. “Danke, thank you, merci”, recita una y otra vez mientras se acurruca para protegerse del frío y de la humedad que han inundado la tienda de campaña. Fuera sigue lloviendo, pero su madre ha salido igual. Ha ido a pedir comida. Volverá, como siempre, empapada y embadurnada de barro.
Ella sigue practicando. “Danke, thank you, merci”, le dirá cuando la vea y sonreirá. Intentará no toser y, por supuesto, no preguntará si sabe algo nuevo de papá. Eso siempre la hace llorar.
viernes, 29 de abril de 2016
Cuento: Preparándose para el futuro
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3 comentarios:
Me gusta tu denuncia social a través de un bello relato. ¡Qué rápido pierden la niñez quienes huyen con su familia de la salvaje guerra!
Molt no, senyor ocre
Molt no, senyor ocre
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