Os dejo un cuento. Para que no os olvidéis que, de vez en cuando, escribo. De la calidad hablaremos otro día
La vida de Elwood
Me llamo Elwood y estoy muerto. La noticia me la dio ayer el médico del trabajo durante una revisión rutinaria. Me preguntó por mi calor corporal. Yo le dije que llevaba unos días con más frío de lo normal. Él contestó que no era normal que la temperatura de mi cuerpo fuera la misma que la del ambiente. Luego me dijo que no me encontraba el pulso por ningún sistema conocido. Le contesté que siempre he sido muy tranquilo y que no suelo alterarme. Quiso saber si notaba algo extraño últimamente. Le comenté unos dolores lumbares que llevaba arrastrando unos días. Al levantarme la camisa me dijo que me habían dado tres puñaladas. Pensé en Kevin de contabilidad y su presupuesto defectuoso, ese que dije que estaba mal y que tuvo que repetir. Recordé su mirada asesina.
- En general, ¿cómo se encuentra? - me preguntó.
- Bien, supongo. Como siempre.
- Sabe que todo esto es un poco raro, ¿verdad? - me dijo mientras repasaba las notas. Me encogí de hombros. - El único consejo que puedo darle es que siga con su vida.
Le hice caso y aquí estoy, escribiendo mis memorias. Creo que aún no es el momento de celebrar el funeral.
4 comentarios:
xD Supongo que sí, que será cuestión de preocuparse cuando el proceso de putrefacción sea demasiado evidente :P
¿Te digo la mano que adivino detrá de eso? :-)
¿Ein? Lo siento, Alberto, pero no te entiendo :P
Carbo, mientras haya silicona tapagrietas, ambientadores y una aguja con hilo resistente, no pasa nada.
Oh....realmente me recuerda al argumento de Soho Black, pero en plan comico.
Un libro q recomiendo leer a todo el mundo.
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