Cuando la niña, siguiendo las pistas grabadas en la llave dorada, atravesó el laberinto y llegó al cofre, entendió que en realidad no necesitaba lo que allí se escondía. El auténtico tesoro eran las aventuras que había vivido y la gente que había conocido por el camino: eran los recuerdos que conservaba.
No lo dejó todo allí, sin embargo. Se llevó la llave, pues con ella podría volver a aquel lugar cuando quisiera.
- ¿Dejas un cuento como firma?
- Sí. Me parece un poco soso dejar el típico "felicidades, pásalo bien" a una niña de 8 años.
- Quizá no entienda lo que le estás diciendo hasta que sea más mayor.
- No hay que perder la esperanza.
martes, 12 de junio de 2007
El tesoro escondido
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Nunca subestimes a una niña.
¡Qué velocidad de respuesta!
No la subestimo, por eso tengo la esperanza de que lo entienda :)
Sólo hay una norma para los que entran en esta casa: no crezcais mientras esteis en ella
Que bonito regalo. Yo tambien quiero un cuentooooo.
Alicia, Peter Pan, Wendy...!! venid que no quiero ser mayor.
pues a la cola gatina! que ya llevo esperando uno desde hace algún tiempo...
...aunque igual ya ha llegado :)
Como respuesta, una entrada nueva en la bitácora...
También creo que lo interesante del viaje está en el camino que recorres más que en el destino final, si existe ese destino, claro.
Publicar un comentario