Hoy os dejo un pequeño experimento. Cuando escribo un cuento no me suelo quedar ni con la primera idea ni con la primera versión de la historia. Esto hace que evolucione, mute y que la gente a la que se lo voy enseñando acabe desesperada de escuchar una y otra vez lo mismo.
En este caso os voy a dejar varias versiones del mismo cuento. Aunque lo pueda parecer, no las he puesto todas, sólo las más relevantes.
Para los ansiosos, os aviso que la versión final del cuento es la v1.6. Por si queréis saltar allí directamente.
Tanto que contar (v1.0)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Debería explicar cómo he llegado hasta aquí? Quizá debería apuntar los nombres de todos los que viajaban conmigo para que nos recuerden.
Sé que los niños del fondo se llamaban Hala y Samir. Nunca los vi sonreír. La mujer de mi derecha se llamaba Fátima. Ella...
Da igual. Ya no comparten ni mi hambre ni mi sed; ya no tienen que soportar este hedor; ya no tienen miedo. Yo tampoco. Me alumbro con una cerilla y empiezo a escribir: soy Ahmad Hazin, el último superviviente de este contenedor.
Tanto que contar (v1.1)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Qué voy a contar en tan poco espacio? Podría escribir sus nombres pero, ¿qué son nombres sin historias? ¿Qué más da si los niños del fondo se llamaban Hala y Samir si no cuento de dónde vienen o cuáles eran sus sueños? O por qué Fátima se manchó las manos de sangre para salvar a Ahmed. O cómo se han ido apagando los otros treinta ocupantes de este ataúd flotante que apesta a fin del mundo, hasta dejarme solo con la responsabilidad de que nadie los olvide.
Tanto que contar (v1.2)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Qué voy a contar en tan poco espacio? Podría escribir sus nombres pero, ¿qué son nombres sin historias? ¿Qué más da si los niños del fondo se llamaban Hala y Samir si no cuento de dónde vienen o cuáles eran sus sueños? O por qué Loufti se manchó las manos de sangre para salvar a David.
O cómo se han ido apagando uno tras otro los treinta ocupantes de este ataúd flotante, que apesta a fin del mundo, hasta dejarme solo con la responsabilidad de que nadie nos olvide.
Tanto que contar (v1.3)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Qué voy a contar en tan poco espacio? Podría escribir sus nombres pero, ¿qué son nombres sin historias? Qué más da si los niños del fondo se llamaban Hala y Samir si no cuento su origen y sus sueños. Qué importan los nombres de Lofti y de David si no hablo de su amor. Qué puedo hacer con las memorias del resto del pasaje de este ataúd flotante que apesta a fin del mundo si no tengo dónde apuntarlas. Especialmente ahora que soy el último que queda para contarlas.
Tanto que contar (v1.4)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Qué voy a contar en tan poco espacio? Podría escribir sus nombres pero, ¿qué son nombres sin historias? Qué más da si los niños del fondo se llamaban Hala y Samir si no cuento su origen y sus sueños. Lofti y David tampoco os importarán hasta que os hable de de su amor. Hasta entonces sólo serán estadísticas, cuatro más del centenar de pasajeros de este ataúd flotante que apesta a fin del mundo, para convertirse en personas. Especialmente ahora que soy el último que queda para contarlas.
Tanto que contar (v1.5)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Qué voy a decir en tan poco espacio? Podría escribir sus nombres pero, ¿qué son nombres sin historias? ¿Qué más da si los niños del fondo se llamaban Hala y Samir si no cuento ni su origen ni sus sueños? O el amor de Lofti por David. O los anhelos de cualquier otro pasajero de este ataúd flotante que apesta a fin del mundo. Cien exiliados que se han ido apagando uno tras otro hasta dejarme solo con la responsabilidad de que quien nos encuentre sepa quiénes fuimos.
Tanto que contar (v1.6 - FINAL)
Serán sólo cien palabras. No creo que quepan más en este trozo de papel minúsculo. ¿Qué voy a decir en tan poco espacio? Podría escribir sus nombres pero, ¿qué son nombres sin historias? ¿Qué más da si los niños del fondo se llamaban Hala y Samir si no cuento ni su origen ni sus sueños? O el amor de Lofti por David. O por qué cien personas se embarcaron en este ataúd flotante que apesta a fin del mundo. Cien exiliados que se han ido apagando uno tras otro hasta dejarme solo con la responsabilidad de que quien nos encuentre sepa quiénes fuimos.
Así que la pregunta es, ¿con qué versión os quedáis? ¿Cuál os gusta más?
viernes, 15 de abril de 2016
Versiones de un mismo cuento: Tanto que contar
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2 comentarios:
Ya sabes que me gustan todos, unos más que otros, claro.
El v1 y el v6 son mis preferidos.
Sigue escribiendo porque, nene ¡tu vales mucho!
¡Gracias!
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