En qué momento de la educación de su niña habían empezado a equivocarse si todo lo habían hecho como debían. La llevaron al mejor colegio para señoritas donde aprendió etiqueta, piano, costura y compostura y en casa la educaron con rectitud y firmeza.
Pero todo cambió aquella Navidad. Empezó a observar, a fijarse en lo que le rodeaba, a preguntar y a cuestionarlo todo, ¡incluso su matrimonio concertado! Asustados, la devolvieron al internado.
Lo entendieron semanas después, cuando encontraron un frasco vacío escondido junto con una copia de su carta a los Reyes Magos. Una caligrafía sospechosamente parecida a la de la irritante tía Gertrudis había añadido al final de la lista “curiosidad”.
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¿Os han traído muchas cosas los Magos de Oriente? A mí, este cuento sobre los regalos que quiero compartir con vosotros. Espero que lo disfrutéis.
3 comentarios:
Me encanta este cuento y me gusta todavía más el feminismo que sale de tu interior. Personas como tú necesita esta Sociedad para evolucionar.
Gracias.
A mí me encanta la tía Gertrudis y su "curiosidad", jajajaja
Gracias a las dos!
Creo que todos necesitamos de vez en cuando a una tía Gertrudis que nos recuerde que hay cosas más allá.
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