viernes, 24 de julio de 2015

Cuento: Los duendes del arcoiris

—¡Rápido! ¡Despierta! —gritaban los duendes del arcoiris con sus voces agudas mientras sacudían a la niña—. ¡Tienes que ayudarnos! ¡Han desaparecido los colores del arcoiris y lo han dejado en blanco! Sin ellos el arcoiris es frágil y no podremos cruzarlo para volver a casa.

La niña, sin saber muy bien qué pasaba intentó abrir los ojos. Cuando lo consiguió, vio que había unas criaturas translúcidas corriendo y gritando por la habitación. Claramente, estaba soñando.

—¿Y qué puedo hacer? —preguntó en el sueño a aquellos seres.

—Los colores se han solidificado en ceras de colores y se han escondido en cosas de tu casa. "Cada color en su color". Por favor, ¡encuéntralos!

Siguiendo la lógica del sueño, la niña se levantó y buscó. Encontró la cera roja en un cojín rojo con puntos blancos. Casi no se veía. El naranja estaba camuflado durmiendo en otro cojín, muy cerquita del amarillo, que se había posado encima de un libro de tapas de color limón. El verde se había tapado con una toalla de ese color, mientras el cian había intentado entrar en una maleta como él, pero no pudo y se quedó posado sobre la cerradura. El azul oscuro vio una camiseta planchada y se posó allí. Pero el más complicado fue el morado. La niña tardó mucho rato en encontrarlo hasta que recordó los pantalones de correr. Allí lo encontró, escondido y riéndose de su travesura.

Cuando los tuvo todos los duendes le esperaban con un enorme papel.

—Dibuja nuestra casa —le dijeron con sus voces chillonas— y pinta el arcoiris que llega hasta ella. Pero píntala bien bonita.

La niña se esmeró, pintó y dibujó hasta que la casa y el arcoiris estuvieron listos. Usó todos los colores para hacer la casa más preciosa que pudo imaginar y, cuando acabó, se lo enseñó a los duendes. Ellos la miraron y asintieron. Entonces dejaron el papel apoyado en una pared, sacaron sus varitas mágicas de todos los colores con estrellas brillantes en la punta y cantaron y bailaron alrededor del dibujo. Rayos multicolor rebotaron en las paredes, en los cojines y en los armarios cambiando los colores de todo lo que había a su alrededor, hasta que, de repente, la música paró y la luz se apagó. El dibujo ahora era real. Tenía tres dimensiones y el arcoiris era un puente que era fácil de atravesar.

—Gracias por volver a pintar el arcoiris —le dijo el último duende antes de cruzar—. Cuando nos necesites, usa esos colores para dibujar y vendremos a ayudarte. Te dejamos estos sobres que hemos ido encontrando en el camino. ¡Disfruta de tu cumpleaños!

Antes de que pudiese decir nada, el duende desapareció y el dibujo volvió a ser sólo eso. Pero los sobres estaban allí. Eran pequeños, blancos y de papel. Dentro había mensajes secretos y mapas para encontrar objetos extraños y comidas exóticas. Pero eso son otras historias que os contaré otro día de cumpleaños.



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Este cuento es una adaptación de lo que se encontró Teresa al despertar el día de su cumpleaños. Tuvo que buscar los colores del arcoiris que se habían escondido por la casa y tuvo que dibujar y pintar la casa y el camino para que los duendes volvieran a su hogar. Sé que ella disfrutó de esta historia. Espero que vosotros también.


  

8 comentarios:

Lucia dijo...

Pues sí. Yo también he disfrutado de este cuento.
¡FELICIDADES TERESA!

Unknown dijo...

Si es q lo esparramais todo...suerte q los duendes son agradecidos.

Oyros dijo...

Me alegro, @Anna.

Ya te digo, @Juan, son adorables :)

Micaela ela dijo...

¡Cuántos preciosos recuerdos me trae este cuento!
Teresa, mi hada favorita, ¡vales mucho, niña querida!

Unknown dijo...

muy bonito

calcetines de colores dijo...

Muchas gracias Micaela Ela!! Eso es porque tengo al lado un Solado, aunque más que un sol, es una supernova!! :D

Unknown dijo...

quien es el autor de ese libro?

Oyros dijo...

Hola, Unknown, bienvenida :)

Si preguntas quién ha hecho el dibujo, es de http://teresacebrian.es/ . El texto lo hice yo hace tiempo.

Si preguntas por los libros que hay arriba a la derecha, los textos son míos, pero las ilustraciones son de http://teresacebrian.es/ (Cuéntenos un cuento señor Ocre) y de Bruna Valls (Tienes tres deseos).

Si preguntas por alguna otra cosa, estaré encantado de responder. Gracias!