Sentado en un sillón miro por la ventana.
Miro por la ventana de un quinto piso sin ascensor del que no puedo salir.
Ya no puedo salir. El tiempo me ha oxidado y las escaleras me han anclado a este lugar.
Este lugar fue mi hogar, nuestro hogar. Pero cuando ella se fue dejó de ser mío. Ahora es mi prisión, el lugar de mi condena por ser como fui, por tratarla como lo hice.
Sólo me queda esperar solo a que ocurra algo, sentado en un sillón y mirando por la ventana, viendo pasar la libertad.
7 comentarios:
Yo estoy también sentada en un sillón, junto a la ventana, sola, pero en un segundo. Esta casa ni es mia, ni ha sido "nuestra", nadie ha salido por la puerta por cómo me comporté con él...porque nadie ha entrado...
por algo somos gemelos!!! (o mellizos)
Hay que ver cómo nos ponemos cuando caen 4 gotitas de nada del cielo, eh? :-P
Ya se te pasará, hombre. Lo que no cuentas es las veces que llegas hecho polvo de un partidito de fútbol o de frontón y entonces añoras tu "sillón-cárcel".
Un abrazo.
Aclaración: esto es un cuento. Afortunadamente mi estado de ánimo mi vi actual vida social no tiene nada que ver lo escrito, pues es un cuento.
Supongo que tendré que aclarar más a partir de ahora, aunque siempre sabréis si es realidad o ficción viendo a qué sección pertenece el texto.
Aún así, gracias por vuestra preocupación.
Gatina, Somos lo que somos :)
Jorge, sí, no hay nada como las endorfinas después de un buen reventón de ejercicio y, después, dormir toda la noche :P
Ah, sí? Y... qué somos?
nyu nyu! pues gatitos! qué sino?!
Gatina, da igual definirlo como mellizos o gemelos. Lo único claro, tal y como apuntan los calcetines de colores, es que somos gatitos de la misma camada... nyu, nyu! :)
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