—Bucear en el lago que había al lado de la casa era la opción A —repitió Carla desde detrás del libro—. Presta atención. La opción B era registrar el sótano.
—Te preguntaría qué monstruos puede haber, pero me da igual —dijo Jaime fardando de su ficha de personaje—. Soy indestructible.
—Tómate esto en serio y revisa las pistas o lo dejamos inmediatamente. Recuerda que nos persigue un monstruo primigenio y que, si lo liberas, destruirá el mundo.
—Tranquilízate—protestó el chico—. Sólo es un juego. Cthulhu no es real.
—CLARO —susurró una voz cavernosa desde dentro del baúl que aguantaba el tablero—, SÓLO ES UN JUEGO. ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
domingo, 21 de enero de 2018
Cuento: Juego de mesa
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