viernes, 23 de octubre de 2015

Cuento: La gran aventura de una pequeña exploradora

Claudia observa el abismo que tiene ante ella. Sólo hay un camino para atravesarlo: un cable de acero. Nunca ha hecho funambulismo, pero eso no la va a detener. Debe llegar al otro lado, donde le espera el templo de la Primera Princesa Priscila con sus trampas, su laberinto y, por supuesto, sus tesoros. Las leyendas cuentan que no hay nada comparable y, de momento, todo se ha cumplido. Se estremece sólo de pensarlo.
Pero primero debe atravesar el precipicio. Mira hacia abajo. El río lleno de agua salpica y moja el cable, haciéndolo muy resbaladizo, así que va con cuidado. Pone los brazos en cruz como ha visto en muchas películas para mantener el equilibrio. Y avanza. Un paso cada vez. Va por la mitad del camino cuando escucha una voz procedente de la jungla.
- Claudia, cariño - le dice suavemente su madre -, ¿por qué no dejas de hacer equilibrios por las juntas de las baldosas y te sientas?
- Pero debo conseguir el tesoro de la Primera Princesa Priscila - contesta ella señalando lo que su padre tiene en las manos.
- Toma - dice él dándole un vaso de zumo recién exprimido -. Y ahora haz caso a tu madre.
- Sí, papá - contesta ella antes de sentarse a beberse su trofeo.
Está fresquito y le dará fuerzas para atravesar la Gran Catarata de Agua Caliente, caminar hasta la Mansión del Conocimiento y resolver los puzzles del Preguntador Maestro. Pero esas aventuras empezarán después del desayuno.


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Es viernes otra vez, lo que significa cuento de HechoSinTinta. Esta semana volvemos con los cuentos partiendo de las palabras que me dais. En este caso fueron Gonzalo y Alicia quienes me dieron cuatro palabras: Primero, Princesa, Estremecedor y Funambulismo. Fácil, ¿verdad? Pues no. Porque el objetivo "secreto" era que el cuento estuviese dedicado a su hija Claudia y que Teresa tuviese una excusa para hacer una de sus maravillosas ilustraciones. Pero si tiene la palabra Princesa y es una niña, debería ser fácil, podríais decir. Pues no. Porque me niego a tratar a las niñas simplemente como princesas. Porque el tópico está muy manido. Porque pueden ser mucho más. Porque pudiendo ser Exploradoras, Científicas o Piratas espaciales, ¿quién quiere ser la chica que será sacrificada al dragón o la que tiene que esperar para casarse con el príncipe azul y vivir una vida de opulencia enclaustrada? Bueno. Lo de la opulencia no está mal. Vale. También pueden ser princesas, pero sólo si cuando sean reinas proclamen la República.

Bueno, que me voy por las ramas. Espero que os haya gustado el cuento, porque doy por sentado que la ilustración os va a encantar. Como siempre, espero vuestros comentarios, propuestas y lo que me queráis contar. ¡Hasta la semana que viene!

6 comentarios:

Micaela ela dijo...

Me encanta, me encanta, me encantaaaaaaaaa!!!!
Recuerdo jugar cuando era niña a ser funambulista y sortear peligros haciendo equilibrios en las juntas de las baldosas. Tal vez mi hijo recuerde que le enseñé aquel juego... ¡era superatómico!
Y lo que más me gusta es la declaración de intenciones sobre las niñas, jóvenes, mujeres que ya no deben soñar con ser princesas cuando la vida ofrece jugosas oportunidades.
Gracias, señor Ocre. Te quiero.



Lucia dijo...

Sí Señor Ocre, este cuento le ha quedado magnífico.

Unknown dijo...

M'encaten les princeses que em rescaten de l'abisme i me recondueixen per l'adventura de la vida

Unknown dijo...

Ixa princesa il.lustradora és un bon eixemple

Unknown dijo...

me gusta mucho !!!

Oyros dijo...

Gracias por vuestras palabras. Me sonrojan. Ahora toca currar para mantener el nivel.