jueves, 19 de abril de 2007

¡Recuerda!

En la esquina de una de esas calles por las que casi nunca pasan coches, hay un semáforo que casi siempre está en rojo para los peatones. Hoy cuando he pasado estaba en rojo y había parada una anciana con un carrito para niños. He mirado, no venían coches y he cruzado. La mujer, incitada por mi gesto ha ido a hacer lo mismo, pero se ha encontrado una dura oposición:

- ¡Roig, iaia! - le ha recordado la nieta.

No he entendido qué ha contestado la anciana, ni tampoco he podido evitar girarme para ver a la niña de las coletas y sonreír.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Anda q iba a rechazar la cria la oportunidad de que por una vez fuese ella la q echase el puro a su abuela y no al revés.
No es eso más dulce a cualquier golosina?