Te quiere, mamá, y tú le quieres a él. Mírale a los ojos. ¿No lo ves? Sigue siendo el niño al que diste la vida y al que has visto crecer. ¿Ya no recuerdas tu satisfacción al verle dar sus primeros pasos? ¿Al escuchar sus primeras palabras? ¿Has olvidado la alegría que compartisteis cuando superó la prueba de las tarjetas? ¿Y la sorpresa de lo que podía hacer? Sé que después pasaron cosas feas, pero sigue siendo un niño. Sigue siendo tu niño. Por favor, baja el arma y déjanos salir. Yo cuidaré de él. Prometo que no hará daño a nadie más.
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Vaya situación para una madre. ¿Qué creéis que habrá hecho su hijo para que haya llegado a ese momento?
2 comentarios:
No quiero pensarlo.
Quizá se lo dieron todo y no aprendió a discernir el bien del mal.
Quizá no entendió qué esperaban de él. Quizá lo llevaron al límite y explotó. Quizá. Quién sabe.
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