El armario donde acababa de encerrar a su muñeca se tambaleó por la fuerza del portazo y cayó por la ventana hasta el río. Se sumergió un instante en el agua fría, hasta que la madera maciza lo puso a flote. Con la palabras de su amo aún retumbando en su cabeza, ordenándole dónde debía ir, la muñeca abrió las puertas, plantó una barra metálica entre dos cajones y, con perchas y camisas, montó unas velas.
No sería rápido, pensó, pero funcionaría. Sólo debía tener paciencia, tiempo y viento. De los dos primeros le sobraba. Cuando el tercero empezó a soplar, puso rumbo al infierno.
-----
La próxima vez que maldigáis, pensad a quién lo hacéis. quizá os haga caso.
Otro de los cuentos que envié esta semana al concurso, este oscuro por sus propias razones. Por cierto, ¿creéis que la muñeca alcanzará su objetivo? Y, si lo hace, ¿qué creéis que hará allí?
viernes, 10 de febrero de 2017
Cuento: La voz de su amo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
"Puso rumbo al infierno".
No me lo esperaba...un crepitar eléctrico recorrió mi médula espinar.
Justo donde su amo la envió.
Publicar un comentario