Vivir a lo grande de los bienes gananciales o heredados resultantes de matrimonios disueltos en cementerios es una opción sumamente aceptable, señor. Pero sólo si, tras investigar, elige al cónyuge adecuado. De lo contrario puede sucederle como al jovencísimo Michael Rustyland. Cuentan que descubrió durante su primera noche casado con la añeja, moribunda y asquerosamente rica señora Stale que la magia existe y que, combinada con el sexo, puede robarle la vida.
Si Michael hubiese sido listo, habría huído aterrado. Pero se quedó, se casó y aquella noche se convirtió en un cadáver mustio y arrugado que su viuda, ostensiblemente rejuvenecida, veló desconsoladamente hasta que desapareció la policía.
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viernes, 11 de marzo de 2016
Cuento: La señora Stale
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