Vuelven a dejarlos debajo de sus camas, donde los encontraron, y salen corriendo. No les han quitado las mordazas ni las esposas. No hace falta. No han acabado de bajar las escaleras cuando oyen sus risas macabras, esas que no les han dejado dormir durante los dos días que los han tenido retenidos.
Debía ser un trabajo sencillo: secuestrar a un par de niños para pedir un rescate. Eso es lo que parecen cuando llegan al coche y miran hacia la ventana: niños que sonríen y saludan con la mano. Arrancan chirriando rueda y no paran hasta llegar a la frontera.
Nadie dijo nada de vampiros.
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Vale, sí, repito frase de inicio de la semana pasada y de la anterior y me siento obligado a repetir la pregunta. ¿Cuál de los tres os ha gustado más?
viernes, 11 de diciembre de 2015
Cuento: Un encargo muy peligroso
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2 comentarios:
Me gustan los tres. Éste último tiene gracia porque ¿cómo se puede ser tan osado como para querer secuestrar a unos fantasmas?
El que más me gusta y pensaba que sería caballo ganador es "Corazones anestesiados". Tiene melancolía, poesía y un mensaje que debe llevar al optimismo.
La ignorancia es osada y, si no sabes a lo que te enfrentas, quizá lo intentes. Otra cosa es que sólo la osadía te vaya a resultar.
¡Y gracias por la opinión!
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