Hace meses, en el autobús camino a casa, dos chicas, probablemente universitarias por lo que hablaron más tarde, comentaban un tanto indignadas una de sus primeras experiencias con el mundo laboral en general y la ETT en particular:
Chica1:
Así que relleno el formulario.Chica2:
- Horario preferido: por la mañana.
- Horario que no quiere: CUALQUIERA que NO sea por la mañana.
- Puesto preferido: Cualquiera en el que se trabaje por la mañana.
Unos días después me llaman y su primera pregunta es ¿te viene bien el horario de tarde?
Y tú contestate...Chicha1:
Al principio pensé en preguntarles si sabían leer, pero me lo pensé y dije simplemente No. Entonces me dijeron que gracias y que ya volverían a llamarme, "si eso".Chica2:
Pues nada, chica, a seguir buscando.
Pues eso. Que seguiré buscando historias que contaros.
6 comentarios:
jajaja!! tiene guasa! pobrecilla! El caso es que cosas como éstas pasan a menudo... El mundo está lleno o de incompetentes o de pobres frustrados de la vida (me incluyo en el segundo sector) XDDD
Oiga, ¿y no oiría por casualidad si algunas de ellas mencionó su número de teléfono? Es para llamarla. Tengo un trabajo excelente por la mañana que...
xDxD Tu blog está muy bien!!
Pobrecilla... seguro que al final se quedó sin trabajo.
Pucha!
Si es que a los jefes todo lo que no sean ellos les importa poco (o nada).
Demuxos: Cierto, pasa a menudo, pero no por ello hay que frustrarse. No creo que exista "el trabajo de tu vida", sino varios "buenos trabajos con los que puedes disfrutar". El problema sigue estando en encontrarlos :P
Señor Ortiz, bienvenido. No, no oí su número. Si vuelvo a verla, no dude que le preguntaré y, si me contesta, se lo enviaré.
Airelav: Me alegro de que te guste :) Probablemente no lo consiguió, aunque posiblemente ni lo quería especialmente, ni lo necesitaba excesivamente. Al menos, eso espero.
Ika: Gracias por pasar por aquí. En este mundo cada cual arrima el trigo a su puerta y a los 'jefes' de las empresas les suele interesar bastante que éstas no pierdan, mejor dicho, ganen lo más posible. Dicho esto, hay de todo por ahí. Desde el jefe que se desvive por que sus empleados estén bien, al que los mira como trozos de carne que producen. Con un poco de suerte, a lo largo de tu vida laboral conocerás muchos de los primeros y pocos o ninguno de los segundos.
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