lunes, 30 de abril de 2007

Visitas obligadas

Museo Británico de Londres, un día cualquiera. Tras estar pateando una o dos eternidades, nos sentamos en una escalera, apartándonos de las mareas de niños uniformados de excursión, japoneses con cámaras que valen tanto como todo mi viaje y que me producen una envidia aun mayor y gente mediterránea, escandalosos ellos, que piensan que porque no haya un cordón de seguridad pueden utilizar un enorme escarabajo de granito de 5000 años como reposabrazos o punto de apoyo de un trípode.

En eso, O. saca un mapa del museo y se pone a inspeccionarlo.

- ¿Sabes? Hay una sala importante que no dejaría de visitar - dice mientras mira el plano.
- ¿Cuál? - contesto, tratando de averiguar qué está mirando.
- ¡Uy! ¡Ya la hemos visto!

Nos reímos, nos levantamos y, de camino a la salida, volvemos a oler el pescado frito.

jueves, 26 de abril de 2007

Sin ganas

Buff. Hoy es uno de esos días que cuesta pensar. Uno de esos días que sabes que deberías estar haciendo cosas, pero que tu parte de gato perezoso te impide hacer.

Así que escribes una entrada, la apilas en su estantería y lenta y silenciosamente te pones a trabajar...


Buff. Qué gatería.

martes, 24 de abril de 2007

Purgatorio

A raíz de algo visto en la bitácora de Ícaro, me he puesto a pensar. ¿Qué es el purgatorio? Según he leído por ahí, es el lugar donde vas para purificarte si has cometido pecados no mortales. Una vez lo consigues vas al cielo.

Enconces piensas, ¿no será una forma de los funcionarios del cielo de crear una cola en la que amontonar a los que quieren entrar pero les faltan papeles? Imagínate a San Pedro:

- ¿Trae usted el certificado 'Libre de pecados' firmado por su Ángel de la Guarda? ¿No? Entonces vaya por la escalera descendente de la derecha. No coja la de la izquierda con el cartelito rojo, que lleva al infierno - dice mientras guiña un ojo.

Bajas los tropecientosmil escalones, llegas al purgatorio, te diriges a las Oficinas Centrales y empiezas a limpiar pecados:

- Para el pecado 'Convivencia con una mujer sin estar casados durante un periodo inferior a un año', recoja en formulario B-67445-J en la ventanilla A-23 situada en el 20º piso y entréguelo en la calle Quintopino 1000123 bis.

Subes por las escaleras, puesto que no hay ascensor, y descubres que estás el número 15328 de las lista de espera, puesto que 'recoger el formulario', significa copiar a mano lo que dice una mujer con voz de pito a través de unos cascos: 8257 horas ininterrumpidas de jerga legal. Ya sabes el por qué de la cola.

Esperas, copias y te diriges a la siguiente etapa. Por el camino oyes a alguien decir que deberían inventar las fotocopiadoras. Te preguntas por qué. Cuando, tras caminar durante el equivalente a tres años terrestres llegas al lugar, descubres con estupor el motivo del comentario: debías llevar una copia por triplicado del documento y un dibujo del 'Carnet de Purgado' compulsado en las Oficinas centrales por el Señor Ahoravengo, el cual sólo abre su ventanilla de 10 a 11 de la mañana del único día que no se celebra un santo: el 29 de febrero.

Pues así, hasta que ya no tengas pecados...


Por cierto, utilizar el preservativo ¿se cuenta como un pecado, suma uno cada vez que utilizas uno o es 1+1, por reincidencia?

jueves, 19 de abril de 2007

¡Recuerda!

En la esquina de una de esas calles por las que casi nunca pasan coches, hay un semáforo que casi siempre está en rojo para los peatones. Hoy cuando he pasado estaba en rojo y había parada una anciana con un carrito para niños. He mirado, no venían coches y he cruzado. La mujer, incitada por mi gesto ha ido a hacer lo mismo, pero se ha encontrado una dura oposición:

- ¡Roig, iaia! - le ha recordado la nieta.

No he entendido qué ha contestado la anciana, ni tampoco he podido evitar girarme para ver a la niña de las coletas y sonreír.

(Otro) Problema con el cuento

Esencialmente voy a dar un paso atrás. Me he dado cuenta al intentar contar esta historia que por sí sola queda sosa. Quiero alejarme para verla con cierta perspectiva y voy a escribirla de nuevo DESDE EL PRINCIPIO. Y el principio no es el encuentro con Murray. De momento tengo el esqueleto. Veremos cómo sigue.

martes, 17 de abril de 2007

Oscuridad

Cuando desperté estaba en una habitación sin ventanas y la oscuridad era mi única compañía. A lo largo de mi vida siempre había apartado de mi lado a la gente y, ahora que la soledad era la única que permacecía junto a mí, maldecía cada instante que había malgastado buscándola.

Certeza

Tras leer la última línea no supo cómo ni por qué, pero tuvo la certeza de que todos habían muerto.

jueves, 12 de abril de 2007

Problema con el siguiente fragmento del cuento

El siguiente fragmento del cuento del laberinto es demasiado largo para meterlo aquí. Estamos hablando de unas 4 páginas, con lo que no sé que hacer, si emitirlo por fascículos o enviárselo a quien me lo pida por mail... estoy a la espera de sugerencias :)

NOTA: estoy corrigiendo, porque ALGUIEN me ha dicho que hay cagadas muy grandes :)

miércoles, 11 de abril de 2007

La Segunda Prueba

El suelo era de piedra y estaba frío. Era lo segundo que había notado al despertar. Lo primero había sido el dolor que se acumulaba por todo su cuerpo, como si lo hubiesen hecho zumo concentrado y luego hubieran querido hacer una fruta hermosa de los restos. Decidió que lo mejor era no moverse. Abrió los ojos poco a poco intentado utilizar el menor número posible de músculos. No esperaba ver nada útil, pero, aún así, realizó el esfuerzo. Se encontró con un techo de piedra oscura más bien poco interesante. Moviendo los ojos a muy despacio, siguió el techo hasta que se encontró con una única pared sin esquinas. Llegó a la conlusión de que la habitación donde que se encontraba era un cilindro de piedra. La luz entraba por tres troneras: una a su derecha, otra a su izquierda y la última entre sus piernas. No intentó mirar si había algo tras su cabeza; abrir los ojos ya había supuesto un sobreesfuerzo. Así, el Señor del Laberinto se quedó como lo habían dejado: desnudo y estirado como una estrella de mar. Poco a poco cerró los ojos y esperó.

A qué no sabes en qué estaba pensando...

Vamos con el coche por la carretera, cuando alguien hace una observación y yo contesto:

- ¡Mira! ¡Corderitos!
- ¡Mmmm! ¡Chuletitas!