jueves, 31 de mayo de 2007

Para mí

tirorirorariiiiii
tirorirorariiiiii
tiroriiiirorareroooooo
tirorirorariiiiii

bieeeeeen!!!

clap, clap, clap...

Nota: No es Living on my own de Freddy Mercury

martes, 29 de mayo de 2007

Cosas que merecen la pena

Hoy hace un año. Era uno de esos días que estás agobiado y deprimido, que todo parece malo y que las cosas sólo pueden ir a peor. Recuerdo que hacía calor y que los exámenes estaban cerca, demasiado para mi gusto. Por aquel entonces ya se había publicado en EEUU la nueva novela de Neil Gaiman, Anansi boys y, como válvula de escape, me puse a buscar información de cuándo llegaría a España.

Aquella búsqueda me llevó a una página de bookcrossing, de una persona que se llamaba a sí misma Idgie W. McGregor. Curioso nombre. Venía acompañado de un texto. Pensé que era una cita de un libro, aunque ahora estoy bastante seguro de que es un cuento de la propietaria de la página y una declaración de intenciones. Quién será esta persona, me pregunté. Le gusta Gaiman y le gusta leerlo en inglés, le gusta Pratchett y un autor que no me sonaba de nada en ese momento, Paul Auster y que ahora es un compra obligatoria cada vez que me acerco a una librería. Me resultó muy curioso lo que allí escribía aquella persona y su forma de comentar sus libros, así que acabé visitando uno de sus enlaces: su bitácora.

El título lo decía todo: Merecelapena. Un lugar donde la vida sucedía o al menos se narraba de otra forma, más alegre, diferente, donde los cuentos tenían y siguen teniendo algo especial. Donde un hecho cotidiano se transforma en algo único y maravilloso. Donde el mundo es un lugar menos gris.

Lo que encontré aquel día en aquel lugar me hizo volver. Muchas veces. Mereció mucho la pena llegar a aquella página aquel día y es un camino que quiero volver a recorrer.

viernes, 25 de mayo de 2007

Así son las cosas y así se las hemos contado

- Me aburro. ¿Tienes alguna idea mejor para pasar el rato, Señor Sabelotodo?

- Sólo comentaba que no me parece muy buena idea dar patadas a una caja como esa...


"Interrumpimos la programación para informarles de que una bomba ha estallado en el centro de la ciudad. De momento sólo se han contabilizado dos víctimas, los jóvenes artificieros que, mediante sutiles técnicas de detección y desactivación, trasladaron el explosivo hasta un descampado donde lo hicieron detonar para evitar que otros sufrieran un trágico final. Estos héroes siempre estarán en nuestros corazones...

martes, 22 de mayo de 2007

El desván del abuelo

Cuando era pequeño mis abuelos tenían una tienda en la que, además de enseñar mecanografía, se vendían y arreglaban máquinas de escribir. Tenía un pequeño desván atiborrado de estanterías colapsadas con máquinas que mi abuelo había ido coleccionando con los años, un trastero oscuro, laberíntico y lleno de polvo.

Me encantaba pasarme las horas rebuscando entre los artefactos y cachibaches que allí había e imaginarme que aquel lugar era una nave espacial llena de botones, una cueva perdida con tesoros antiguos y olvidados, un laberinto robótico o, simplemente, un lugar donde perderme y mancharme mientras esperaba a que vinieran a recogerme.

[ todo esto viene por una entrada de La belleza de los objetos olvidados... de Demuxoscolores :) ]

jueves, 17 de mayo de 2007

Tempus (no) Fugit

Hace una hora que ella se ha marchado.

Aún permanece su perfume en mi ropa.

Suspiro.

Hace una hora y un minuto que ella se ha marchado.

Lección de geografía

- ¿Cuántos continentes hay?
- Muchos, pero ahora se llaman Carrefour.

PD: Extraído de un examen de secundaria...

martes, 15 de mayo de 2007

Meme Robado

Tomando el ejemplo de Fanshawe, yo le robo el meme y lo contesto.

Cinco cosas que no sabéis sobre mí:

1. Como Fanshawe, yo también me presenté a un consurso estando en el instituto. No gané, no quedé finalista (lo cual no me extraña con la calidad del relato) y no he vuelto a presentarme a nada. Me daba miedo que me robaran las ideas. Por eso ahora las pongo en una bitácora donde cualquiera puede verlas (ein?).

2. Soy un vago empedernido con dos docenas de aficiones, con lo que siempre estoy planeando cosas para hacer, pero nunca termino nada. Hay gente que me odia por ello. Lo sé :)

3. La razón de no tener el carnet de conducir con 25 años es pereza. Ni más, ni menos. Ya lo he dicho.

4. Cuando tenía 6 años maté un perro con mis propias manos. Le estrangulé hasta que se quedó azul. Se llamaba Fransuá, era un peluche y resucitó unos días después.

5. Odio profundamente mi facilidad para perder el contacto con la gente. Eso incluye amigos y familiares. Parpadeo y han pasado unos meses. Entonces surgen las excusas para no llamar. En serio. Eso es lo que más odio de mí mismo.

Si cualquiera quiere recoger el testigo, es libre de hacerlo.

lunes, 14 de mayo de 2007

Mi vecino Totorio

¿Qué se puede decir de esta película que no se haya dicho ya? A mí me encantó. Una historia intimista sobre unas niñas, un bosque y los habitantes del mismo creada por la Ghibly con todos los rasgos característicos que tiene esta productora cuando Hayao Miyazaki está detrás: un diseño de personajes excelente que combina personajes monos, graciosos, intrigantes y, sobretodo, muy imaginativos. Una música que empuja cada escena en la dirección que corresponde y que podrías escuchar una y otra vez mientras estás trabajando (a veces lo hago).

A diferencia de La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro o Nausicaa del Valle del Viento, en esta historia no importa qué ocurre, sino cómo ocurre. Tiene esa magia alrededor que, cuando acabas, tienes la sensación de que no te han contado nada, pero es una nada tan bonita...

Pues eso, una de esas historias que merecen ser vistas y disfrutadas con paciencia y sin esperar nada de ellas.

Nueva Sección: Anime

Ícaro me pidió el el primer comentario de esta bitácora que hablara sobre anime. No soy ningún experto, pero me gusta ver 'dibujitos' tan a menudo como puedo.

También la señorita McGregor me pidió hace tiempo que le recomendara algo de anime para empezar. Difícil decisión cargada de responsabilidad.

Por lo pronto, voy a abrir una sección en la estantería que será anime y donde iré dejando cositas que parezcan interesantes.

Os informaré en el futuro.

Atención, pregunta

- Oye, ¿por qué dejaste de escribir la historia del laberinto?
- Porque veía que le faltaba algo y me dí cuenta que la solución era volver a empezar.
- A ver. ¿Tú sigues Lost? ¿Cuántas veces crees que los guinistas de Lost han querido volver a empezar?
(risas)
- Sabes, este es el tipo de comentario que podría poner en la bitácora.

jueves, 10 de mayo de 2007

Reloj

Tic, tac, tic, tac. Desde el pasillo oigo el reloj. Oigo el mecanismo y su sonido característico. Sé que la madera de la caja es lisa y suave como un ataúd, que las horas son simples rayas blancas pintadas, que las varillas, recargadas flores de metal, imponen su hora al tiempo. Recuerdo los grabados que adornan el péndulo dorado sin haberlos visto. Los he soñado, permanecen en mi memoria, me hipnotizan, me han traído hasta aquí.

Sé que sólo la puerta nos separa y siento miedo por primera vez. Pego mi oído a la madera y cierro los ojos. Quiero escuchar su mensaje. Tic, tac, tic, tac. Muevo el pomo y la puerta se abre de par en par, en silencio. No quiere interrumpir la música del mecanismo. Abro los ojos y veo el reloj por primera vez. Su madera oscura absorbe la luz para que sólo el péndulo sea importante. Va de un lado a otro, imparable, impasible, inexorable. Paso a paso me acerco respondiendo a su llamada.

Me paro frente a él, abro la puertecita de cristal, alargo la mano, extiendo los dedos y detengo el balanceo. Ahora, al fin, veo la última inscripción, grabada justo en el centro del disco dorado: una cara que me mira con asombro. Mi cara.

Asustado, trato de volver a ponerlo en movimiento, pero no puedo. Oigo la puerta cerrarse de golpe y sé que no volverá a abrirse, así que voy a la única ventana que veo tan rápido como puedo para pedir ayuda, pero no llego a gritar nada. Lo que hay al otro lado me paraliza: veo la habitación desde dentro del reloj. Me veo entrando por la puerta y acercándome al cristal. Veo mi otra mano abriendo la ventana y, al tocarme con los dedos, mi corazón se para.

martes, 8 de mayo de 2007

Temporizando

Quedaban 10 segundos. Sabía qué cable debía cortar pero, para darle emoción, esperó al último momento. Le encantaban ese tipo de películas.

La bomba estalló cuando el reloj llegó al 3.

viernes, 4 de mayo de 2007

El hacedor de frases

Solía llevar una libreta en la que apuntaba frases. Eran frases llenas de magia, síntesis de profundas reflexiones que llevaban a entender el sentido de la vida. Aquellas palabras dibujaban sencillos caminos hacia la felicidad y ayudaban a recorrelos.

Pero era tímido y tenía miedo. Miedo de que alguien robara sus ideas. Miedo de que se rieran de él por lo que pensaba. Miedo de que alguien le lanzase a la cara que, si alcanzar la felicidad con aquellas sentencias era tan sencillo, por qué su autor era incapaz de sentir alegría.

Por eso, aunque nunca dejó de cazar ideas y nunca permitió que ninguna se desvaneciera en su mente sin ser escrita, nunca nadie las vio. Tampoco él las utilizó, pues sabía mejor que nadie que cada frase es el camino de una persona y tenía la esperanza que quizá, algún día, alguna de ellas le llevara al suyo.

Pasaron los años y un día la muerte llamó a su puerta. Cuando la acompañaba donde quiera que le llevara, vio a su hijo coger su libreta y cómo, entre el dolor y las lágrimas, aparecía una sonrisa. En aquel último momento supo que había encontrado su camino y que había llegado a la felicidad.

jueves, 3 de mayo de 2007

Odio e ira

Hoy, al llegar a clase, he descubierto que había perdido el estuche. He ido a consergería y allí estaba, casi intacto. Había perdido peso de una forma que ya querrían los de 'Cambio radical'. Faltaban varias cosas: dos memorias USB con trabajos y apuntes, una pluma que me regalaron y con la que compartido muchas historias, una goma de borrar que traje del último viaje a Barcelona y los recambios del portaminas.

Cuando he visto lo que faltaba, he intentado recordar dónde podía haberlo perdido. Vacío. Mis compañeros dicen que me vieron guardarlo todo. ¿Me lo quitaron? No lo sé. A pesar de todo, hay que ser ruín para robar las recargas del portaminas.

Soluciones: he enviado un correo por si un alma caritativa me devuelve la pluma y los datos. Los objetos sólo son dinero, pero los sentimientos y el trabajo no tienen precio. Dentro de un rato empapelaré la facultad.

PD: Mierda. Acabo de recordar que en las memorias también estaban los cuentos que estaba escribiendo. Se me ha contraído el estómago y me han dado ganas de gritar.